
Por: Edward Melo
Hoy me sucedió algo fantástico que nunca había esperado que sucediera, puesto que pase de estar en la realidad a estar como en un sueño que involucraba a un unicornio y a un fénix.
Estas criaturas geniales las descubrí cuando con mi novia fuimos al mirador de los nevados. Cuando llegamos a la sima no podía creer lo que estaba viendo, era por decir un caballo blanco pero en su cabeza tenía un cuerno, que me hacía pensar que animal es este y no aguante la tentación de aunque sea tocarlo. Cuando me acerque a tocarlo él se dejo acariciar el cuello y ahí fue cuando sabía que podía cabalgar sobre él.

Cuando el Fénix empezó a descender, pensé si podía acercarme a él a observar su majestuosidad, pero el Fénix era muy tímido y no dejo que me acercara mucho, decidí no molestarlo más ya que con su actitud demostró todo. No quería que nadie se acercara a él.
Cuando ya atardeció decidí irme con mi novia para la casa y prometimos no comentar lo que sucedió a nadie ya que nos creerían locos.
Espero algún otro día volver a ver de nuevo a estas majestuosas criaturas ya que fue una experiencia inolvidable e irrepetible.
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